¿Cuántas veces me he parado a pensar que por qué me pasan a mi
ciertas cosas? En mi situación, como creo que es lógico, lo que más envidio de
los demás es su salud, su capacidad para hacer cosas que yo simplemente con
pensarlo ya me canso.
¿Cuántas veces he comentado con mis padres lo increíble que
me parece ver a una señora o a un señor,
ancianos, subir un tramo de escaleras de un tirón sin ni si quiera despeinarse?
Pues si hablamos de ese tipo de cosas, si que se puede decir
que tengo envidia de ellos, y mucha además.
Pero la cosa es que yo no cambiaría nada de mi vida, y que
doy las gracias a todo aquello que me ha pasado y que sin duda me seguirá
pasando. Porque el no poder subir muchas escaleras de un tirón hace que cuando
pueda hacerlo no pare. Iré a Covadonga encantada de la vida, aunque solo sea
para subir aquel tramo de escaleras imposibles, y como no, sin despeinarme.
También doy gracias a todas aquellas personas que me han
dado una patada en el trasero, por el motivo que sea. A estas si que sí…
GRACIAS. Sin vosotros no sería lo mismo, estaría rodeada de gente que no me
aporta nada, y eso no me interesa.
Como no gracias a mis amigos y amigas, que siempre están
ahí, en las buenas y en las malas,
porque en eso consiste la amistad a mi modo de ver. Cuando las cosas dejan de
ser rosas y comienzan a volverse grises siempre van a estar ahí. Sea como sea.
Sois los pulmones de mi elefante.
a veces pienso como tu que la gente de nuestro alrededor nos hace ser de una forma determinada , pero muchas muchas pienso que ya nacemos siendo asi......tu ya naciste con fuerza.
ResponderEliminarbesotes Clara sigue escribiendo asi de bien bloguera!!!